En la jerga naval, los "ojos de cubia" indican el agujero ubicado en la proa del barco, a través del cual pasan tanto la cadena del ancla como las líneas de amarre. Los "cubie" han existido desde la antigüedad, utilizados por los romanos en los "trabaccoli", las pequeñas embarcaciones de vela utilizadas tanto para transportar personas como para pescar en el mar Adriático septentrional. Al pintar círculos concéntricos alrededor de los agujeros por donde pasaban las cadenas del ancla, los "cubie" recordaban la forma del ojo. Estos ojos se dibujaban en la proa del barco porque se creía que podían guiar la navegación de la embarcación por las rutas correctas, evitando obstáculos y peligros. Esta tradición se ha transmitido a lo largo del tiempo hasta el día de hoy. Para recordar y celebrar estas antiguas tradiciones marineras en Cattolica, nuestra ciudad natal junto al mar, los ojos de cubia se han convertido en el emblema de la ciudad. "Cubia" es un símbolo apotropaico de buena suerte, alejando el mal y protegiendo el barco, brindando suerte y prosperidad a los marineros. Nuestra creación también, inspirada en este antiguo talismán, encarna el poder mágico de la buena suerte. Inhalando su aroma se experimenta una sensación opulenta de felicidad, como si se liberara toda la suave fuerza de una mano sobrenatural que nos protege y nos mima. La fragancia se abre con un ramo cítrico, donde los ecos del Limón de Sorrento y el Bergamota de Calabria son abrazados por la Naranja Brasileña. Esta cabeza chispeante descansa sobre el dulce aroma de los duraznos de Romagna contrapunteado por el olor punzante de la grosella negra. Esta composición dulce y opulenta se basa en maderas preciosas y muy raras. El renombrado Cedro del Atlas, del norte de África, es abrazado por el poder seductor del Pachulí Indonesio y el Sándalo Hindú. La fragancia Cubia te envolverá en una aura de dulce protección, al igual que los ojos pintados protegen las embarcaciones de nuestro mar.