Esta creación está inspirada en el gran artista y pintor Giovanni Francesco Barbieri, apodado el Guercino, quien fue un incansable creador de obras de arte y siempre buscaba la mejora y progresión personal. Por estos extraordinarios talentos, fue contratado por la familia Malatesta para pintar en la corte bajo el mecenazgo de Sigismondo. Hay una maravillosa cita del escritor Johann Wolfgang von Goethe en su famoso libro 'Viaje a Italia' en la que describe a Guercino con estas espléndidas palabras, que encapsulan su esencia y que luego resuenan plenamente en la creación dedicada a él, en esta botella con su suave color marfil y la tranquilidad y la ligera grandeza de su efíluvio inolvidable y sorprendente. "Guercino es un pintor íntimamente prosaico y viril, sin ninguna aspereza; de hecho, sus obras se distinguen por una gracia moral suave, por una grandeza tranquila y libre, y por una cualidad especial que permite al ojo recién entrenado reconocerlas a primera vista. La levedad, pureza y perfección de su pincelada son asombrosas. Utiliza colores particularmente hermosos para los paños, con medias sombras de color marrón rojizo, que armonizan muy bien con el azul que favorece" (Johann Wolfgang von Goethe, Viaje a Italia). La creación se abre con un ramillete de cítricos burbujeantes y gráciles, donde resuenan las notas dominantes del Limón de Amalfi y el Bergamota de Reggio Calabria, enfatizadas por la fuerza del Cedro de Scalea abrazado por la combinación de Naranja Amarga y Naranja Brasileña. Esta cabeza hespérida se sumerge ligeramente en un corazón de frutas dulces y suculentas, emparejadas con flores de un aroma seductor y sensual. Aquí está la Manzana Verde de los Dolomitas con la pera decidida de Romagna, que están envueltas por Heliotropo y Frangipani, para ser a su vez envueltas por la frescura dulce del Melón Persa. Un corazón tan inesperado y grande, tan innovador y revolucionario que tarda mucho tiempo en ser completamente entendido, y solo los narices experimentados pueden penetrar en los pliegues de su singularidad, al igual que el arte de Guercino, citado por Goethe. La base, para igualar su corazón revolucionario y único, a su vez expresa un equilibrio acrobático de elementos armónicos y disonantes en unidad, donde podemos admirar el poder de la Amyris Jamaiquina abrazada por la frescura balsámica del Abeto Blanco, contrapunteado por el Patchouli de la India, luego empujado a un vértigo sensual y afrodisíaco desencadenado por la famosa gota mágica celosamente y secretamente guardada en la Biblioteca Terenzi, compuesta por Ámbar Gris, Almizcle y Vainilla Bourbon de Madagascar. Esta fragancia brilla cristalina y grácil, a través de los ecos de la pureza y la seducción, llevándonos a una maravillosa e irresistible maravilla.