Esta creación se gestó como resultado de la inspiración emocional obtenida durante un largo viaje a Italia, en busca del aroma de la sal y sus infinitas facetas. El Bel Paese está rodeado por el mar, rico en sal preciosa, y este elemento siempre ha contribuido al desarrollo de civilizaciones. La sal tiene muchas facetas y no solo se obtiene por evaporación del agua de mar, sino que también se extrae de las famosas salinas, que Sicilia tiene en abundancia. Akragas era el nombre antiguo de lo que ahora es Agrigento, una ciudad muy famosa en el sur de Sicilia, conocida por su encantadora belleza natural y el hermoso Valle de los Templos, un sitio de patrimonio invaluable que ha sido admirado desde los días de la Magna Grecia y que ha sido impecablemente preservado hasta el día de hoy. El poeta griego Píndaro llamó a Agrakas la 'ciudad más bella del mundo' y esta impresionante belleza es la inspiración para esta creación. En su larga historia, Agrigento ha sido influenciada por diversos pueblos, desde la Magna Grecia hasta los cartagineses, desde los árabes hasta los normandos, reuniendo todas las facetas culturales capaces de coexistir en paz y armonía, ofreciendo una belleza que nos enseña a todos. Akragas busca retratar la belleza de este cruce de culturas y maravillas a través de la sal de su cantera más famosa, rodeada de matorrales mediterráneos y paisajes encantadores. La creación se abre con un ramillete pungente que evoca inmediatamente el maquis mediterráneo, donde percibimos Mirto siciliano y Algas Mediterráneas, intensamente abrazadas por los cítricos típicos de la isla, dominados por Pomelo Real y la inconfundible persuasión del Neroli. Esta nota superior descansa sobre un corazón tan fuerte como la tierra siciliana, robusta y generosa, donde la Sal de Agrigento es la nota dominante y reverberante, enfatizada por el Cedro del Atlas, fuertemente perfumado por el Tomillo Rojo y el Geranio Búlgaro. Toda la creación se basa en una base poderosa y aromática, capaz de hacer eco de las brisas del mar siciliano, gracias al Benjuí impulsado por el Almizcle, en contrapunto con el Patchouli de Singapur y las Bayas de Vainilla de Madagascar. El espíritu de la maravilla de la región de Agrigento, en una gota de perfume salado y fascinante.